...Para rendirle honor a las mujeres que hace menos de un siglo lucharon y entregaron su vida en la lucha por la democracia, la igualdad de genero y su derecho al voto.
CENTENARIO DE MERCEDES CARVAJAL MONTES (LUCILA PALACIOS).
“Los gobiernos son para proteger al pueblo y satisfacer sus
necesidades, de manera que no tienen por qué agradecer de rodillas lo que no es
un favor sino una obligación.”
Hace 100
años el 8 de Noviembre de 1902 nace en la Isla de Trinidad Mercedes Carvajal
Montes la primera de los cuatro hijos provenientes de la unión de Josefa Montes
Calderón de Carvajal y el General Timoteo Carvajal. A pesar de ser su familia
de habitual residencia en Ciudad Bolívar, los acontecimientos por la
inestabilidad política de Venezuela a principios del siglo XX les obligo a
hacer viaje fuera del país.
La niñez de Mercedes o Lucila se vió envuelta de una gran
cantidad de altibajos dado a las enfermedades corporales a las cuales se tuvo
que enfrentar, que en principio eran indicio de enfermedades tropicales, como
el paludismo, aunado a una serie de episodios de debilidad que no permitieron
que se desarrollara de la misma forma que el resto de sus hermanos o amigos,
refugiándose en la lectura y en la pronta escritura ya que mas adelante en su
preadolescencia descubrirá en una fiesta la existencia de los versos y las
rimas de poemas allí recitados, que llamarían su atención hasta lograr imitarlos.
El ser mujer para su época y en una sociedad tan
conservadora como Bolívar no le iba a facilitar las cosas, perdiendo
oportunidades para su avance en los estudios y la educación formal, pues por un
lado la dictadura gomecista golpeó fuertemente a su familia desde el punto de
vista económico y, por otro, una sociedad bolivarense aun atada a sus
costumbres y sus necesidades entre las cuales una mujer educada participe de la
vida activa política no era bien visto; mas sin embargo, la influencia de su padre
siempre fue la de nunca rendirse ante las dificultades y buscar siempre lograr
sus sueños, presionando para que dentro de la sociedad el contexto mujer
estuviera presente para las tomas de decisiones dando relevancia al tan
importante papel que jugaba dentro de la comunidad.
A la edad de 14 años Lucila se enamora para siempre de
Carlos Arocha Rodríguez que proviene del llano y con quien se casaría en 1921.
Arocha la va a apoyar en todas las facetas de su vida, empujando sus ganas por
las actividades públicas, políticas y la escritura. Por el trabajo de comercio
de Carlos, se mudan al llano y luego a Caracas donde vivieron bajo Resistencia,
algunos muchachos se reunían en la sala de la residencia donde vivían a charlar
sobre temas sociales y políticos, cosa que a Lucila le interesa demás, sin
saber quienes eran o sin saber quienes llegarían a ser, tratándose de Jóvito
Villalba, Miguel Otero Silva, Joaquín Gabaldón Márquez, Luis Villalba Villalba,
Rómulo Betancourt, entre otros.
Entre 1954 y 1955 escribió el Día de Caín, novela que relata
lo que enfrenta Venezuela para la década, exaltando de gran manera la
Resistencia Civil, que se ve realizada para 1958 con la caída de Pérez Jiménez.
La novela, comienza a circular en marzo de 1958 y al año siguiente gana el
Premio Nacional de Literatura.
Mercedes escoge como seudónimo "Lucila" nombre de
pila de su admirada poeta Gabriela Mistral y "Palacios" en memoria de
Doña Concepción Palacios Blanco madre de Simón Bolívar.
En la primera aparición política de Lucila en Bolívar, esta
impactó con su discurso, principalmente por lo genuino de sus reclamos y su
dolor de ver a su Venezuela bajo sombras. A partir de este último evento
comenzaría toda una travesía de vida siendo postulada a la Asamblea Nacional
Constituyente, luego es elegida como Senadora del Congreso en representación
del estado Bolívar, donde después de un corto periodo con Rómulo Gallegos como
presidente, lo sorprende un golpe de estado, y con esto, todos los integrantes
de la administración se vieron comprometidos, convirtiendo a Lucila en
perseguida política.
“Cuando adulta, convertida en luchadora por los principios
democráticos de los ciudadanos con énfasis en los derechos de la mujer ella
apuntalaba su posición en el principio de igualdad de los géneros, y hay una
frase que la dirigente solía repetir… las mujeres deben tener los mismos
derechos que los hombres”
Esta mujer alentó
el nacimiento de instituciones de pertinencia social comandadas por mujeres y
entre ellas el Ateneo de Caracas y una red de Ateneos que se fue levantando con
el tiempo en el resto de las principales ciudades.
Las mujeres de
la época participaron en las manifestaciones del 14 de febrero de 1936 en
contra de un reglamento censor de la prensa. Lucila se encargó de redactar la
nota de prensa y acudir a la Plaza Francisco de Caracas portando un cartel que
anunciaba: Representación femenina de Guayana. Al día siguiente se estableció
La Junta Patriótica Femenina, creando una Guardia Cívica Femenina con ella,
como cuerpo de vigilancia imparcial.
Lucila fue electa
por voto popular en 1946 a la Asamblea Nacional Constituyente, siendo la
primera mujer que representaba al estado Bolívar en un cargo de legislador
nacional, y en 1947 fue una de las dos mujeres electas para el Senado de la
República y fue la primera mujer que tomo la palabra ante la cámara.
La Asamblea
Nacional Constituyente la nombra miembro principal del Consejo Supremo
Electoral, siendo la primera mujer en obtener este cargo de función publica.
En el 45 año de la fundación de las Fuerzas
Armadas de Cooperación, la Asamblea Legislativa de Puerto Ordáz en el estado
Bolívar la designo para decir en su sede
el Discurso de Orden el día 4 de agosto de 1982, siendo la primera mujer
venezolana que hablo ante un auditorio de militares.
Lucila se
perfiló en 1969 como la primera mujer embajadora al representar a Venezuela en
Montevideo donde la apodaron como “La Embajador”. Para 1966 es designada como
miembro correspondiente de la Academia Venezolana de la Lengua, siendo de nuevo
la primera mujer en lograrlo. El 9 de diciembre de 1977 fue la persona
designada en otorgar el Discurso de Orden en la exhumación de los restos
mortales de Teresa Carreño en el Panteón Nacional, la primera mujer oradora en
dicho recinto.
Más adelante,
con la muerte de su esposo y su renuncia a la embajada viaja alrededor del
mundo y regresa a Venezuela a seguir ejerciendo de la mejor manera su arte, la
escritura, para ayudar con el progreso de su amado país, pues nunca abandonó el
Orinoco, ni él a ella.
“Soy el fruto de una hechura de hombres como mi abuelo, mi
tio, mi padre y mi esposo, por eso yo soy una mujer que lucho por la mujer pero
nunca he descartado en mi lucha al hombre.”
Bibliografía.
Mannarino, Carmen. Biografía Lucila Palacios. Biblioteca
Biografía Venezolana, Editorial El Nacional. Volumen 61. 2007
Comentarios
Publicar un comentario