Derechos Humanos: Una Herramienta Irrenunciable para la Consolidación de la Sociedad Venezolana como Democracia Participativa
Ganador 1er Concurso de Ensayo "Pensando en
Venezuela"
IFEDEC
Nastassja Palmiotto
Periódicos como el New York Times publicaron durante el 2010 cifras
comparativas con Irak y México consideradas zonas en conflicto, el primer
país posee una población similar a Venezuela y registró 4.644 bajas
civiles relacionadas con la violencia durante el pasado 2009 siendo que en
nuestro país se triplicaron esas cifras con más de 16.000 muertos. Según el
Observatorio Venezolano de Violencia mueren actualmente en Venezuela 200
personas por cada 100.000 y para el 2011 el saldo de asesinatos fue de 17.600 personas
fallecidas y la cifra sigue en aumento.
Para los venezolanos es evidente que durante los últimos años la
sensibilidad ante estos atroces hechos dentro de la nación es bastante baja,
pues la ciudadanía no se ha manifestado masivamente ante la problemática,
partiendo de la idea de la pérdida de sorpresa e impacto con la hipótesis de la
cotidianidad con la cual ocurren los hechos de violencia; pero si en realidad
fuere así, por qué seguimos reseñando muertes, violaciones, actos de corrupción
y atropello a los derechos humanos, y como ciudadanos venezolanos por qué
seguimos oyendo murmullos de quejas y disgusto, quizá simplemente el problema
se encuentra en que la educación venezolana, está exenta de mecanismos de
supervisión al Estado por parte de la ciudadanía, es decir, de aquellas formas
de participación dentro de las políticas del país sin que los ciudadanos se
limiten solamente al voto, como por ejemplo, participación dentro de los
espacios de poder conferidos dentro de las vecindades, parroquias, municipios;
contraloría social, a través, de la veeduría de las acciones de los gobiernos
locales, regionales y nacionales; exigencia de información no otorgada por las
autoridades sobre su ejercicio dentro de los cargos desempeñados o simplemente
sobre los avances o caminos recorrido dentro del lapso de gobierno, entre
otros.
De los mecanismos de participación antes mencionados, es la contraloría
social la más olvidada por parte de la sociedad venezolana, pues creemos que
una vez ejercido nuestro voto, es la persona electa en un determinado cargo, la
encargada de asegurarse del desarrollo de la potencialidad del municipio,
estado o Estado, cuando en realidad la construcción del país es la suma de las
acciones de todos los ciudadanos que componen la sociedad en cuestión; y si
todos excepto los designados en el cargo se dedican a prosperidad individual y
se muestran indiferentes a la lucha del bienestar colectivo, se tendrá como
futuro un seguro fracaso en las gestiones públicas, pues la holgura que le presenta
el pueblo venezolano a los gobernantes respecto a la vigilancia y exigibilidad
de su trabajo, les ha permitido incurrir durante años en la toma de decisiones
arbitrarias y sin control alguno que las contrarreste.
Se puede observar lo antes expuesto en situaciones como la siguiente, en
donde el Estado venezolano viola los derechos humanos de los presos venezolanos
por medio de la deficiente política publica sobre el sistema penitenciario
venezolano, siendo pocos los venezolanos que utilizando la opinión pública y/o
medios judiciales hacen saber su rechazo ante tal actuación, pues el sistema
penitenciario debería estar cumpliendo la función de rehabilitación y
reinserción de los internos, cuando en realidad se encuentra fomentado la
destrucción masiva de vidas gracias a los altos niveles de hacinamiento,
trafico de drogas, armas, entre otros actos de corrupción interna de las
cárceles, que convierten a Venezuela en el país con las prisiones más violentas
del mundo, con un total de 23.457 reclusos para el 2009 dejando un saldo de 422
muertes de internos que comparado con países como México con una población de
internos de 250.000 deja 24 muertes o Colombia que con 72.000 arroja un saldo
de 7 internos fallecidos[i], permitiendo generar un
resultado comparativo alarmante, y aún más siendo México y Colombia los dos
países del continente que luchan con graves problemas como lo es narcotráfico y
crimen organizado.
Siendo la muerte por violencia el mayor de los problemas dentro de este
escenario, se presentan otros como, la ruptura de confianza de la población
respecto a la real rehabilitación de los internos dentro de las cárceles y el
quiebre de la confianza de la ciudadanía respecto a la labor que cumple el
Estado, hecho que se evidencia en encuesta realizada en el 2007 por la Escuela
de Derecho de la Universidad de Carabobo donde un 70 % de las personas
abordadas no contrataría para trabajo a un ex recluso de cualquier cárcel
venezolana, evitando así una satisfactoria reinserción del ex recluso dentro de
la sociedad, destruyendo la posible inclusión de todos los venezolanos dentro
de la sana cotidianidad, haciendo imposible el crecimiento de una población con
proyecciones reales de bienestar colectivo e individual. Respecto a las
políticas que están en vía de desarrollo se observa como es asignado dentro del
presupuesto 2011 de la nación Bs. 15.000.000 para el Fondo Nacional de
Edificaciones Penitenciaria (FONEP) esperando se traduzca en nuevos centros
penitenciarios, sin embargo, en comparación con el 2009 esta asignación posee
una baja del 35%[ii] y según estadísticas otorgadas
por el Estado la población penitenciaria aumentó en el 2010 con relación al
2009 un 68,7 %, lo que nos puede sugerir que para este año no se cumplirá
la meta de la eliminación del hacinamiento en Venezuela como principal fuente
de violencia carcelaria, y la alternativa de que los venezolanos salgan y
exijan ante los entes públicos que pare la indiferencia frente a esta grave
situación que eventualmente perjudica a todos los ciudadanos, no parece por
ahora un espacio cierto.
La situación del Sistema Nacional Carcelario es solo un ejemplo de los
miles que existen sobre violación de derechos humanos dentro del aparato
administrativo del Estado Venezolano, sugiriendo nos planteemos algunas
preguntas como ¿Qué pasará si el venezolano no aprende a identificar
violaciones de derechos humanos? ¿Qué pasará si el venezolano no comprende como
la violación de derechos humanos afectan su vida? ¿A dónde llegaran los números
de violaciones de derechos humanos en el país si continúa la indiferencia? Y
¿Cómo llegaremos a construir un sistema que ofrezca calidad de vida en un
momento de la historia al que me atrevería llamar anárquico?
La respuesta de las preguntas formuladas nos conducen a un lugar oscuro al
que ningún ser humano debe estar dispuesto a soportar y su dignidad no le
debería permitir ni siquiera aceptar el estado sine qua non, es por ello, que
la formación de los ciudadanos venezolanos sobre derechos humanos se hace
necesaria dada la importancia del respeto a los derechos Humanos que ha tomado
en los últimos tiempos dentro de la conformación del concepto de democracia
moderna y estado de derecho, por lo cual, la introducción de materias sobre la
consideración de este tema y otros temas afines como la vigilancia de las
acciones desarrollados por los gobiernos como un derecho y un deber ciudadano,
se hace indispensable dentro del pensum académico de todos los niveles de la
educación venezolana; llevar talleres a las vecindades donde se desarrolle el
concepto de contraloría social que según lo especificado en el proyecto de Ley
de Acceso a la Información de Transparencia Venezuela constituye “una
estrategia para que las comunidades organizadas se conviertan en vigilantes
efectivas de la gestión pública en sus distintos niveles, para garantizar la
idoneidad de la acción del Estado en el desarrollo de los programas y proyectos
dirigidos al mejoramiento de los niveles de vida de las comunidades…”;
debiéndose generar programas de Estado que busquen la contraloría social por
parte de la población hacia las propias instituciones del Estado; así como el
desarrollo de campañas de pertenencia sobre el país y sus recursos, fomentando
el sentimiento de la defensa de los fondos públicos y su efectiva inversión
hacia la calidad de vida de los ciudadanos.
Pekka Hallberg Presidente de la Corte Suprema Administrativa de Finlandia,
explica que el modelo funcional del estado de derecho puede ser relacionado a
“una casa construida sobre fundaciones sólidas” pudiendo analizarse sobre
cuatro variables o “cuatro esquinas de la casa” 1. Principio de Legalidad 2.
Separación equilibrada de Poderes. 3. Implementación de derechos
fundamentales y humanos y 4. La funcionalidad de los residentes de la “casa”. (resaltado
personal) las dos últimas variables vienen configurando el tema de los derechos
humanos (tercera) y la perspectiva del pueblo (cuarta) esbozándolo el mismo
autor como esencial; se traducen entonces en la capacitación de todos los
ciudadanos de una nación sobre el tema derechos humanos y en la integración de
los residentes en las decisiones colectivas como deber de los mismos.
Generar conciencia colectiva será la primera clave para la evolución de
Venezuela como país democrático, porque no existen planes de Estado que sean
posible sin la consideración de la dignidad a través de los derechos humanos
para asegurar la calidad de vida, siendo que si seguimos permitiendo la
violación del derecho humano de una persona, le otorgamos carta blanca al
Estado para que se produzca la violación de derechos humanos a niveles
colectivos.
“pasara mucho tiempo antes de que la historia
juzgue el valor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Dicho
juicio dependerá, creo, de los esfuerzos que los pueblos de todas las naciones
realicen para que todas las personas se familiaricen con su contenido, porque
si logran comprenderla lo suficiente, se esforzaran por conseguir algunos de
los derechos y libertades que allí se enuncian y los esfuerzos que realicen
para alcanzarlos, le darán sentido al mensaje de la Carta de las Naciones
Unidas sobre dicho derechos y libertades”
Eleonor Roosevelt
[i] Informe
sobre Derechos Humanos Penitenciarios 2009. Observatorio Venezolano de
Prisiones. Venezuela 2009.
Febrero, 2011
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