RODEO:
Una Realidad Que No Escapa Al Resto De Los Venezolanos.
Nastassja Palmiotto
@natypalmiotto
natpalmiotto@gmail.com
El desastre comprobado en que se ha convertido el Sistema Penitenciario Venezolano no es más que lo anunciado desde hace mucho por organización defensoras de derechos humanos y ciudadanos avocados a las luchas de dignificación de las minorías y en este caso de las personas privadas de libertad, quienes son ciudadanos que dentro de su régimen especial de vida se definen por encontrarse bajo la responsabilidad absoluta del Estado, por todo lo que involucre sus vidas y el cumplimiento de sus necesidades.
Sin embargo, tanto el Gobierno como la sociedad han hecho caso omiso a estas advertencias, siendo la percepción que la realidad penitenciaria está muy alejada del ciudadano común, que no se ha visto en la necesidad de acercarse a una cárcel venezolana, la explicación a esto probablemente sea la falta de educación contralora de los ciudadanos venezolanos, así como, la poca capacidad de abstracción para colocar en contexto que la violación de derechos humanos es un problema de todos, pues en el momento en el cual le damos carta blanca al Estado para viole el derecho humano de una sola persona, éste en cualquier momento podrá violar el derecho de cualquier otro venezolano.
Parte de la ignorancia que aún prevalece dentro de la cultura venezolana, se nota en responsabilizar a los internos del tráfico de drogas, armas, entre otros objetos y productos, sin entender que cuando una persona se encuentra tras las rejas, queda desprovista de casi cualquier decisión dentro de su vida, pues a partir de ese momento, será el Estado único responsable de ofrecerle qué comer, cuando, qué vestir, donde dormir, cuantas oportunidades de estudio, oportunidades de trabajo, o cómo comportarme en general; por lo que parece bastante difícil que personas privadas de su completa libertad de acción puedan ingresar por si mismas sustancias o implementos bélicos a un establecimiento que se encuentra blindado a su entrada por Guardias Nacionales, Custodios y Administrativos. Muchos pensaran que quizá los familiares y visitantes sean los culpables al ingresar con todos los objetos mencionados más arriba, pero en realidad lo que no conocen las personas es que son los Guardias Nacionales los encargados de darle entrada a los visitantes, realizando las requisas más denigrante a la que cualquier ser humano pueda enfrentarse, que va desde la apertura de comida de forma poco higiénica por parte de los groseros Guardias Nacionales, sacudida de pertenencias, destroce de objetos de uso personal, para que luego de esto guardias y custodios habrán de exigir que te desprendas de tus vestidos, para asegurarse de que no portes una escopeta o una racimo de granadas bajo tus pantalones, ocurriendo todo en el lugar más desagradable, oscuro y maloliente.
Nos preguntamos entonces, ¿será la visita la responsable?, o en todo caso ¿los internos que se encuentran encerrados? Quienes por cierto deberían esperar del Estado el mayor de los cuidados y estar siempre bajo vigilancia del mismo. He allí cuando sugerimos que la Guardia Nacional, en complicidad con los custodios y las autoridades del penal son los responsables de introducir todo aquello al recinto. Lo curioso, es que luego pretenden quitarles todo ese poder a punta de fuego, ¿Por qué esto? ¿Será que los Efectivos Castrenses utilizan las cárceles como su patio de práctica de guerra?
Por otra parte, el venezolano asume como un hecho que el “malandro tiene que pudrirse en la cárcel” lo que no tomamos en cuenta es que la cárcel está hecha para todos, y que si en algún momento violamos de alguna u otra forma las reglas de la sociedad y le ocasionamos un daño, podemos ir a parar a Tocuyito, Sabaneta o el Rodeo; esto aplica también para aquellas personas que han sido implicadas en delitos como sospechosos o cómplices solo por estar en la escena del crimen o parecerse a la persona que transgredió la ley, es decir, en este momento no hay nadie que se salve. Todo por la cultura de represión y sed de venganza venezolana que ha traído consigo la privación de libertad de personas que aún no han sido declaradas culpables, siendo los de mayor porcentaje dentro de las cárceles venezolanas.
Se debe reflexionar, que si bien no estamos ni tenemos conocidos en una prisión, esas personas que se encuentran privadas de libertad son parte de la sociedad en la que vivimos y aunque actualmente estén apartadas de ella, eventualmente volverán a integrarla o intentar hacerlo, y para que esto ocurra de la manera más satisfactoria posible, debemos asegurarnos que la persona haya recibido el mejor de los tratamientos sobre su conducta, sobre su ser interior, para que pueda una vez cumplida su pena, salir libre de rencores, con proyecto de vida, con la satisfacción de haber pagado su deuda con la sociedad y sentirse emancipado pues se ha convertido en una mejor persona, en un ciudadano ejemplo; y esto no es nada nuevo, las sociedades ya se han preparado para la Cárcel Preventiva y no Represiva, incluso Venezuela, evidenciándolo en el Artículo 272 de la Constitución de la Republica, en la Ley de Régimen Penitenciario, en la Ley de Redención Judicial de la Pena por el Trabajo y el Estudio, las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos y todos aquellos tratados internacionales sobre Derechos Humanos. Ahora solo falta aplicar estos mandatos legislativos.
Pero eso, nos importa poco como sociedad, siendo probable que la persona que te robe o asesine, nunca haya obtenido en la cárcel el ejemplo de armonía, solidaridad, comprensión, optimismo, educación, oportunidades de trabajo, consejos, espiritualidad, que lo conviertan en un ser distinto a lo que pueden convertirse en el infierno aquel del que hablan las religiones. La única forma de actuar en contra de la grave situación penitenciaria es actuando como ciudadanos consientes y exigiéndole al Estado que nos escuche y cumpla con todas aquellas obligaciones que nos permitan tener una digna calidad de vida.
IMAGINA QUE ALGUIEN (LA SOCIEDAD) TE EMPUJE AL INFIERNO, DONDE CONVIVES CON DEMONIOS Y TUVISTE QUE APRENDER A SER EL MÁS FUERTE PARA SOBREVIVIR, PARA CUANDO SALGAS DE ÉL ¿BUSCARÍAS VENGARTE DE QUIEN TE HA EMPUJADO?.
24 Junio 2011
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